Hace ya unos meses, navegando por uno de los muchos foros interesantes que nos ofrece este extraño y atractivo mundo llamado internet me encontré con una comparativa que me resultó muy acertada e interesante, tanto es así que hoy me apetece reflexionar sobre ello, al fin y al cabo estamos ante la historia del deporte y, por ende, del ser humano.
Todos aquellos que estamos en la treintena y que somos adictos futboleros recordaremos aquella serie de dibujos animados emitida allá por los ochenta llamada “Campeones”. Aun recuerdo aquellas tarde de verano en las que te ubicabas delante del televisor ávido de nuevas aventuras de los Oliver Atton, Benji Price y demás protagonistas de esta serie que nos engancho sin remedio a esos campos infinitos y a esas piruetas imposibles.
La génesis de este serial de anime japonés la encontramos allá por 1981 en un comic escrito por Yōichi Takahashi llamado Capitan Tsubasa. Fue tal el éxito de este manga que no tardo mucho en pasar a la pequeña pantalla . El anime, de igual nombre que aquel comic original, comenzó a emitirse en 1983 y nos deleitaba con las las aventuras de Tsubasa Ozora (Oliver Atton en el anime en español) y sus amigos desde la infancia hasta que son profesionales. La trama se centraba en la relación de Oliver Atton con sus amigos, la rivalidad hacia sus oponentes, los entrenamientos, la competición y todas esas historias anexas a sus vidas surgidas alrededor de un balón de fútbol.
Aquellas historias que nos proponían esos locos japoneses a los que siempre admiré no son ni más ni menos que la propia historia del deporte , la historia de la superación personal , de la rivalidad , del esfuerzo para alcanzar metas , sin duda, un retrato perfecto de lo que el deporte nos dibuja en la realidad.
El deporte tiene grabado en sus libros de historia grandes rivalidades, peleas deportivas que han pasado a la historia. Quien no recuerda aquellos grandes combates entre Ali y Frazier, esas partidas infinitas entre Karpov y Kasparov o las inolvidables batallas con red de por medio protagonizadas por Martina Navratilova y Chris Evert.Estoy completamente seguro de que en todos y cada uno de esos casos, esos deportistas no habrían sido lo que fueron sin su archirrival, ese contrario que les apretaba y que les hacia esforzarse hasta límites inauditos, aquel enemigo que respiraba en su nuca a diario y que les llevaba a intentar superarse día y noche para mantenerse en lo más alto.
Ni más ni menos que el reflejo de nuestras vidas, la historia de la oficina, del banco, del hospital, la historia de cualquiera de nosotros, la historia de la superación personal y la competitividad humana.
Messi y Cristiano, Cristiano y Messi, no se habla de otra cosa en el fútbol español. De nuevo se repite, de nuevo otra rivalidad histórica ante nuestros ojos, de nuevo la historia de dos super deportistas frente a frente, peleando por la supremacía en su disciplina.
Oliver Atton y Mark Lenders en aquella serie que hoy traigo al recuerdo, Messi y Cristiano en nuestra realidad.
Por un lado Lionel Messi ,ubicado en el rol de aquel queridisimo Oliver Atton, jugador disciplinado, de buen carácter, socialmente correcto y de carrera casi intachable, futbolista hecho prácticamente desde la nada y en el que sus dotes físicas estaban en un segundo plano. En el otro lado del anime de nuestro fútbol actual tenemos a su Mark Lenders particular, Cristiano Ronaldo, un portento físico, de carácter indomable, de personalidad polémica y de alma mucho más oscura que su rival ,jugador al cual su origen marcó para siempre.
Semana tras semana , Messi y Cristiano, Oliver y Mark, nos deleitan con un nuevo capítulo de rivalidad bien entendida, de mejora personal, pelea que seguro se recordará durante mucho tiempo y que quedara grabada en los libros de historia de nuestro querido fútbol, pelea que les hará crecer aun mas como deportistas y que seguramente los haga mucho mejores.
Como el Yin y el Yan, como el blanco y el negro, se retroalimentan, se necesitan, se complementan. La superación como deportistas de cada uno de ellos se encuentra en el esfuerzo del otro, ese otro que no le permite el menor atisbo de relajación y que los lleva a avanzar día a día.
Entiendo que es inevitable posicionarse en cualquier rivalidad deportiva de este estilo, al final nos decantamos ,nos hacemos partícipes, nos quedamos con el Madrid o el Barsa, con “Magic” o Bird, con Borg o McEnroe, con Oliver Atton o Mark Lenders , lo entiendo y debo reconocer que incluso yo mismo lo hago, es tan humano como el respirar. Ahora bien, lo que me jode , lo que me inyecta los ojos en sangre es ver cómo se intenta machacar al rival de turno para ensalzar las virtudes de tu elegido personaje. Me supura hasta lo más profundo el leer u oír críticas hacia uno con el único y simple fin de ensalzar al otro, se me hace difícil entender la razón por la cual muchas personas estarían encantadas con la no existencia de una de las dos partes .
Almas ciegas, inócuas, simples necios que reniegan de su propia humanidad, incapaces de darse cuenta de que en esas historias de superación personal se encuentra la base de nuestra propia evolución, la historia de la rueda, de la luz, del avión, los cimientos de todos y cada uno de los progresos realizados por el hombre.
Messi y Cristiano forman el círculo completo, son la vida misma, la historia del progreso de nuestra especie, el reflejo de esa superación personal que nos llevará a alcanzar el siguiente escalón.
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